Ir al contenido principal

Crónica viernes 12 de agosto: “Se llevaban gente de día y de noche”


  • por Erika Leiva y Sofía Romera Zanoli para el Diario del Juicio
PH Elena Nicolay



María Cristina Aranda fue la primera testigo en contar su terrible historia, la del asesinato de sus hermanos en 1975 en manos de las fuerzas armadas,  ante el Tribunal Oral Federal que lleva adelante uno de los juicios por delitos de lesa humanidad  de mayor magnitud que se realizó en la provincia.

“Se llevaban gente de día y de noche, Juan Eugenio tenía un bebé de 22 días con su compañera Leila Susana, cuando se lo llevaron”. Tanto el niño como la mujer aún están desaparecidos “yo le decía a mi papá que ya teníamos la marca, nos había quitado  todo, ya no teníamos nada más” señaló la testigo con una angustia que entrecortaba su voz.

El 23 de marzo de 1975 María Cristina  fue junto a su  padre Juan Luis y sus  hermanos Juan Eugenio (Nito) y Francisco Armando (Cuco) Aranda a la fiesta de casamiento de Liliana Lazarte y Humberto Carrizo, sus vecinos en San Pablo. “Era la medianoche y lloviznaba” precisó “un grupo de 30 hombres armados de la policía federal y militares, algunos vestidos de civil y otros uniformados, entraron a la casa donde era la fiesta. Yo estaba parada en la entrada y cuando me di cuenta uno de los hombres me estaba apuntando con un arma en la cabeza y me pedía que me corra”.

Entre gritos y golpes  los efectivos sacaron a los invitados de la fiesta que no portaban documentación,  y los hicieron formar una fila de mujeres y otra de hombres. Entre ellos se encontraban los hermanos Aranda, que “fueron obligados a salir de la fila y llevados a su casa que se encontraba en diagonal al lugar donde se celebraba la boda”, sostuvo María Cristina.

“El jefe del operativo (identificado como Julio Pelagati), le informa a mi padre que se iba a llevar detenido a mis hermanos. Les di una campera para que no tengan frío. En ese momento Cuco (Francisco Armando) se me acercó y me dijo ‘chau gorda, quizás no nos veamos más’ y así fue, no los volví a ver más. Ya han pasado 41 años y esa herida no se cierra”, lamentó.

Los hermanos Aranda fueron subidos a un camión del ejército junto a los otros invitados de la fiesta. Todos los detenidos fueron trasladados a la Comisaría de San Pablo y luego al Centro Clandestino de Detención que funcionaba en la Base Militar emplazada en el Ex Ingenio Lules, donde recibieron golpes, picana eléctrica y les colocaron una sonda que les llenaba con agua el estómago para luego golpearlos,  señala el requerimiento de elevación a juicio.

“En una oportunidad” recordó la testigo “mi padre se dirigió al Ex Ingenio a buscar a sus hijos donde habló con el teniente Zarabozo, quien le dijo ‘sus hijos son muy duros y no quieren colaborar’”.

Según  testigos que prestaron declaración en juicios anteriores los jóvenes hermanos fueron vistos por última vez en la Escuelita de Famaillá, quienes  además pudieron escuchar sus gritos cuando los torturaban.

Finalmente Juan Eugenio y Francisco Armando Aranda fueron asesinados por sus captores el 3 de abril de 1975. Al día siguiente Leguizamón comisario de San Pablo le informó al padre de las víctimas que los jóvenes habían muerto en un enfrentamiento. “Solo los pudimos identificar por sus documentos, nos  entregaron dos cajones cerrados y nos dijeron que era ‘mejor que los recordemos como eran y no como estaban ahora’”.

Los ataúdes  fueron violentados en dos oportunidades por Gendarmería Nacional, lo que generó que María Cristina dude  que los restos que allí yacen son efectivamente de sus hermanos, es por ello que el fiscal Agustín Chit solicitó a los jueces que se exhumen ambas tumbas “es necesario que la familia Aranda pueda sacarse esa duda al fin de poder hacer su duelo”. El tribunal hizo lugar al pedido.

***

Clarisa Yañez Mansilla, otras de las testigos que prestó declaración en la audiencia, contó que pudo reconstruir la detención de sus padres Olga Mansilla y Tirso Yañez a través  de testimonios de vecinos y de familiares. Ambos fueron secuestrados de su casa en Concepción, días después de su nacimiento en abril de 1975 y aún permanecen desaparecidos.

“La noche del 5 de abril  hubo un operativo, yo tenía apenas 9 meses, entraron y nos sacaron a los tres  de la casa. Después me enteré  que  mi mamá gritaba pidiendo que no me saquen de sus brazos”.  En uno de los vehículos iba su tío René Mansilla, de 16 años, a quien habrían secuestrado antes para que los guiara hasta la casa. Luego René y Clarisa fueron liberados bajo amenazas.

Clarisa fue entregada a sus abuelos paternos, recién 7 años después pudo saber que su mamá era en realidad su abuela paterna, sus hermanos, sus tíos y  que tenía una hermana mayor (por parte de madre) llamada Olga Gutiérrez, cuyo padre, Arnaldo Sebastián Gutiérrez, está desaparecido y es también víctima de la megacausa.

***

Por último Clara Yañez, tía de Clarisa señaló ante el tribunal que suponían que Olga y Tirso  los llevaron a La Escuelita. “En 1983 cuando salieron los presos políticos les pregunté si habían sabido de mi hermano, me dijeron que lo único que pudo saber por dichos de otros es que había muerto por las torturas” y  lo recordó como hombre de gran valor moral, un ser muy especial. “Me gustaría saber qué fue de él. Encontrar sus huesitos”.

Como la mayoría de los desaparecidos durante el Operativo Independencia Olga y Tirso eran muy jóvenes, con ideales. Olga tenía 21 años y trabajaba en una fábrica. Tirso 23, había estudiado en el Instituto Técnico y era tornero en un taller metalúrgico. Ambos eran militantes del PRT-ERP.

El juicio continuará el próximo jueves 28 a las 9.30 en el TOF (Crisóstomo y Chacabuco).

Comentarios

Entradas populares de este blog

Para vos

Aquí vamos. Acercando cada uno los pedacitos en los que quedamos. A ver si entre todos podemos rearmar este espacio. Rearmarlo y rearmarnos. Siempre supimos que eras inmensa, te lo dijimos de miles de maneras. Y ahora nos tenemos que hacer cargo de la inmensidad que quedó en nuestras manos. No sabemos cómo seguir. Vamos empezando a caminar pasito a pasito. Como aprendiendo de nuevo, porque nos cuesta mucho caminar sin vos. Sabemos que tenemos que recuperar la alegría. Y defenderla. Pero sabemos también que no nos vamos a despedir de esta tristeza. Que tenemos que abrazarla y saberla nuestra. Tampoco sabemos cómo lo vamos a hacer, pero lo vamos a hacer. Cómo no recordar tu sonrisa. Tu sonrisa y sobre todo tu risa. Esa risa desparpajada que podía llenar los rincones más oscuros. Que retumbaba en las paredes. Y que ahí se quedó, retumbando en todas las paredes que te escucharon. Cómo sacarse de la cabeza tu voz. La socarrona y divertida. La profunda y reflexiva. Los matices de tu voz f

Comienza el juicio más grande por delitos de lesa humanidad en Tucumán

por Valeria Totongi para el Diario del Juicio Son 270 víctimas. 20 imputados y otros 20 a la espera de que la Justicia confirme su procesamiento. Más de 1.400 testigos. “Operativo Independencia” es el juicio más grande no sólo en cantidad de involucrados, sino también el más emblemático de nuestra historia reciente. Durante más de 1 año (es lo que se calcula que durará todo el proceso) se escucharán testimonios de sobrevivientes, de familiares de víctimas y de expertos, con lo que se buscará reconstruir qué pasó entre febrero de 1975 y marzo de 1976 en Tucumán. Es que -en nuestra provincia- el horror del genocidio empezó a desplegar sus alas negras meses antes de que el martillo militar golpeara al Estado argentino, en marzo de 1976. El 9 de febrero de 1975, en cumplimiento del Decreto 261/75 de la entonces presidenta constitucional María Estela Martínez de Perón,  se convertía a la provincia en territorio de ocupación. A partir de la instalación de más de 20 unidade

NATALIA, SIEMPRE PRESENTE

(Por Ana Melnik) Natalia Ariñez, nuestra Nati, nuestra compañera Nati, no está ya con nosotros. La ausencia de Nati es una certeza dolorosa, la confirmación cotidiana de algo que no deja de ser irreal. Porque estoy escribiendo la nota para este Diario que nunca imagine escribir, y porque hablar de ella en pasado contradice asombrosamente su forma de estar presente, ahora mismo. Nati es presencia que trasciende cada día que pasa. Fue una de las gestoras e impulsoras de este proyecto de comunicación colectiva. Este Diario del Juicio, que nació como un espacio de socialización de los juicios orales por los delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico-militar- y ahora Operativo Independencia-, que tuvo su inicio en el 2012, con la Megacausa Arsenales II-Jefatura II. Natalia fue una de las editoras de este Diario, junto a Carolina Frangoulis, y administradora de este Blog. En estos momentos, cuando la recuerdo, pienso en nuestra tarea compartida, en una Nat